Cuando te fuiste, se fue contigo la mejor parte de mí.
Cuando te fuiste, te llevaste en tus caderas como a un perro faldero al que yo era, se fue contigo y ambos me dejaron aquí.
Y los extraño.
Extraño ser ese que te tenía. Extraño que fueras el objetivo de mi locura, extraño ser ese valentón que no sacaba la frente del cielo. Extraño ser ese ente locuaz y lúdico, que caminaba por la calle sin vergüenza, al que no le importaban las miradas ajenas que lo desnudaban. Extraño ser ese que se levantaba con una sonrisa por el simple hecho de desentonar con el mundo.
Te fuiste y me dejaste tu mal karma. Tú te fuiste y yo pago las consecuencias.
Los cargo, a ti y mí, en la espalda.
Te fuiste y me fui contigo; pero me quedé aquí, ya siendo nadie.